[Cerebro de Theb]
Ya son las dos de la mañana, no hemos encontrado a Aliena, al final White ha salido a buscarla conmigo. No hemos hablado en todo el tiempo, pero si nos hemos ayudado mutuamente a matar henos. Es más fácil llamarlos así.
Parece que la estancia en este sitio será prolongada por lo visto. White ha sacado toda la comida del coche y la ha dispuesto sobre la mesa de la cocina, yo solo me he sentado en un pequeño sillón frente a la chimenea, la cual he encendido.
Estoy mirando la mochila de Aliena con nostalgia, creo que la echo de menos, o será el hecho de que no voy a poder entregarla en Alemania. Sea como sea, la tengo al lado, pero no consigo abrirla.
White me ofrece comida y se va al piso de arriba, donde supongo estará su habitación o algo parecido. No tengo intención de moverme por si escucho cualquier ruido fuera. Me avergüenzo de no poder estar ahí buscándola. Pero físicamente no estoy del todo recuperado.
Son las cinco, solo hay un silencio inquietante más allá del cristal, dentro el crujido de las brasas. Solo puedo pensar en ella. Aún faltan horas para que amanezca, quiero salir ya, y sé que es un suicidio, pero ella tiene que estar en peores condiciones, me duele solo pensarlo.
Dentro de la mochila me encuentro con sus dichosos cuadernos, no puedo resistirme a abrir uno de ellos. No me había dado cuenta que estabamos casi en Julio, siento una punzada en el estómago, no debería estar leyendo esto, pero el hacerlo me está descubriendo que esta chica no es Aliena o realmente se le ha borrado la memoria, no sabe nada de nada, sea como sea, no es para nada la descripción psicológica de los informes. Aunque las fotos y los videos si lo sea; hay muchos datos que no me cuadran, como llego a España tan rápido y como se escapó.
Empieza a amanecer, estoy vivo otro día más, que White no haya intentado matarme durante la noche me tranquiliza algo.
Hasta ahora mismo que al subir al piso de arriba no solo no hay nadie, sino que no hay rastro de que haya pasado alguien por aquí en años. Estoy solo, después de toda la vida acompañado, que filosófico. No es que me preocupe mucho, pero aun así me duele un poco, y me hace recordar mis sesiones de entrenamiento.
Me preparo para salir a buscar a Aliena, pues es lo mejor que puedo hacer. La entrada vuelve a estar llena de henos, no debería entretenerme, pero si no lo hago probablemente tiraran la valla y este es un sitio demasiado bueno. Los cuerpos empiezan a acumularse a la entrada, pronto el olor será nauseabundo, tengo que buscar un sitio donde llevarlos.
Las cuatro horas que he pasado buscándola se me han hecho eternas, no hay nada que indique que ha estado aquí, he llegado hasta el precipicio del final del bosque, de ahí en adelante no creo que haya ido, descender en esa zona es imposible. Y la caída seria mortal, abajo solo hay piedras y árboles, no se ve mucho más.
He vuelto a la casa, buscando algo para deshacerme de los henos, si hago una gran fogata con ellos, seguro que Aliena ve el fuego y viene. He encontrado un garaje en el otro extremo del patio, donde se ve que falta una moto de cuatro ruedas, el polvo que ha levantado indica que anoche se la llevo White.
Cojo el remolque de las motos y echo encima los cádaveres, los cuales llevo muy lejos por si acaso algún seguidor de Nutt estuviera al acecho con helicópteros. El humo que se ha formado se debe ver por lo menos a diez kilómetros, más lejos no ha podido llegar, si no llega aquí por lo menos encontrara la casa, o eso quiero pensar.
Estoy subido en un árbol, he tapado el todoterreno con ramas, solo me queda esperar.
viernes, 29 de abril de 2016
martes, 26 de abril de 2016
En ninguna parte. (2)
[Cerebro
de Theb]
- ¿Dónde se
ha metido, tú la ves? - me grita histérica White, miro para todas las direcciones,
pero solo hay henos, esto es el fin, no podemos seguir sin ella. -pásame esos
libros- lo hago y al momento me arrepiento, los está prendiendo fuego y tirándolos
por la ventanilla, aunque hace efecto. Tenemos que largarnos de aquí, no
podemos bajarnos a buscarla, sería un suicidio, tampoco es que yo decida, White
ya ha acelerado, y avanza sin mirar atrás, a mí solo se me ocurre seguir
dejando los libros por el camino.
Ahora estoy en el asiento de delante,
llevamos unos diez minutos en silencio, y me he quedado sin libros. White está
aún más cabreada que antes, llegamos a unas grandes puertas de hierro, se baja
con el coche en marcha y las abre fácilmente, no me había fijado en el juego de
llaves que tenía en la mano. Por dentro hay una gran casa de madera antigua,
que ocupa casi todo el terreno que no está inundado por la maleza, aunque hay
enredaderas ya en el tejado, y los árboles son tan grandes que ocultan la casa
desde fuera. Sigo a White dentro de la casa, y es tal como te pues imaginar una
casa de campo antigua, mires donde mires, madera.
La sigo por una puerta, que debe ser la
del sótano, ya que bajamos tanto, que no se ve el final. Hay otra puerta, y una
habitación grande de piedra, me fascinan las cosas así, pero cuando entro lo
hace aún más el hecho de que toda la pared este llena de armas; desde ballestas
y cuchillos, hasta granadas y armas que solo ves en el ejército. Ahora sí que
empiezo a preocuparme de verdad, no sé quién será esta chica, o peor quien será
su familia y si volverá.
-Voy a volver a buscarla, no hace falta
que me acompañes, pero me gustaría que me dejaras alguna de esas armas- le
digo, y aunque apenas me mira, sé que le da igual lo que haga, ella también está
cargando armas en las mochilas y cinturones tácticos.
Ambos giramos al mismo tiempo en
dirección a la puerta, cuando un sonoro golpe se escucha a fuera, no puedo
creer que hayan llegado tan lejos los henos persiguiéndonos, pero por lo menos
ahora podemos defendernos, echamos a correr escaleras arriba, un grupo se ha
enganchado a la valla y parece que la tiren en cualquier momento. White no se
lo piensa mucho y empieza a disparar con una escopeta, lo que pienso que va a
atraer más henos. Yo he cogido una de las ballestas.
Pronto se acaba la pelea si se la puede
llamar así, quedan pocas horas de día y hay que buscar a Aliena, si no ha
muerto ya.
[Cerebro
de Elena]
Diario de Elena, matare a esos dos si los
encuentro, está anocheciendo y estoy sola y sin comida en mitad de un bosque,
en el que probablemente muera. Si eso pondré en mi diario, si lo vuelvo a
recuperar. Escucho los gruñidos a lo lejos, quiero pensar que solo son lobos,
que tampoco ayudaría mucho, pero algo más me tranquiliza.
Estoy cansada ya de correr, en cualquier
momento me doy por vencida, y dejo que me atrapen. No se cuánto llevare
huyendo, me duelen las piernas, el estómago me gruñe como si quisiera salir de
dentro de mí, una desesperación ocupa parte de mi cabeza a punto de llorar. Me
han agarrado dos veces, y he tenido mucha suerte al poder deshacerme de ellos a
base de patadas, pero creo que cada vez son más, y me están alcanzando, ellos
no se cansan, no pueden morir de agotamiento.
El cielo esta negro totalmente, estoy en
pánico, siento sus manos frías y el hedor rozándome, ya no se ni hacía donde corro,
no puedo con mis piernas. Acabo de tropezar, y ruedo ladera abajo, estoy tan
cansada que apenas me duele, un calor recorre mi cabeza, los ojos se me
cierran, me dejo llevar.
lunes, 25 de abril de 2016
En ninguna parte.
El camino de tierra por el que vamos apenas tiene espacio para un coche,
pero no creo que sea motivo de preocupación ahora mismo. El follaje verde
intenso se extiende más allá de donde yo puedo ver, me recuerda al “viaje de
chihiro” o algo así, podría realmente disfrutarlo si no fuera por los gruñidos
que se escuchan a pesar del ruido del motor.
White sigue cabreada, ha cogido un disco de la guantera y lo ha puesto,
que suerte, High way to hell, será algún tipo de indirecta, pero parece
calmarla. Theb se mueve atrás como en un sueño, y solloza de vez en cuando pero
no parece que este mal.
El camino parece cortado, el agua del mar ha subido y ha arrastrado un
tronco impidiendo cruzar, nos miramos un segundo decidiendo que hacer, o eso
pensaba hasta que ella, de un golpe en la cabeza a Theb, lo despierta.
-Arriba marqués, tienes trabajo- ha sido demasiado brusco hasta para mí,
pero prefiero que vaya él.
[Cerebro de Theb]
Estoy vivo, en un coche, con Aliena y una seguidora de Nutt. No me creo
que este vivo con este par de locas, realmente el mundo está al revés. O quizá
nos esté llevando a la muerte y solo está prolongando mi agonía.
Casi a rastras salgo del coche, ellas no tienen intención ninguna de
moverse, no sé qué pretenden que haga, mover el árbol yo solo, seguro que antes
me comen o peor me quedo atrapado entre la maleza. Intento hacer palanca con
una rama grande, pero este árbol llevará meses incrustado en el camino, odio
pensarlo, pero sea donde vayamos habrá que seguir andando, o dar la vuelta.
Me estoy planteando por un momento salir corriendo, y dejarlas a las dos
en el coche ahora que están distraídas, pero son capaces de perseguirme, y todavía
no estoy recuperado del todo para poder con las dos.
Abro la puerta y me vuelvo a montar en la parte de atrás cansado, ambas
me miran, solo White con odio, Aliena parece que lo esté pasando bien, a veces
parece que no se dé cuenta de lo que pasa alrededor. Se acaba de bajar del
coche, tan tranquila sin mirar siquiera si puede estar en peligro. Me doy la
vuelta al ver que está en el maletero con medio cuerpo metida, no me lo puedo
creer, ha llenado el maletero de provisiones, me empieza a dar libros para
hacer espacio tantos que el asiento de al lado mío no le caben más.
- ¿Para qué demonios necesitas tantos libros? - pregunta White a Aliena,
que se ha bajado también del coche a ver que hacía detrás. Esta solo la ha
mirado de mala gana sacando una cuerda.
[Cerebro de Elena]
Vaya compañía que tengo, no son capaces ni de quitar un maldito árbol de
mitad de un camino, y encima la rubia tonta que para que quiero tantos libros,
si los utilizara más a menudo alomejor no lo preguntaba. Haber si por lo menos
saben que significa que ate la cuerda a una de las ramas del árbol. Y pensar
que podemos ser de los últimos en el planeta, menuda decepción, y si puede que
me haya enfadado más de la cuenta por lo de los libros, pero me estresan.
Siguen mirándome mientras ato el otro extremo al coche, White ha vuelto
a montar al coche y si, hemos conseguido mover el tronco, pero el ruido que ha
habido a cambio me temo que lo vamos a pagar caro.
-Corre- en el momento en el que Theb grita, empiezan a salir henos por
todos lados, no puedo llegar hasta el coche, no me queda otra que correr hacia
dentro del bosque. Escucho a lo lejos el rugido del todoterreno aplastando y
golpeando. Pero no puedo volver, me persiguen cuatro henos, y nada para
defenderme.
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