29 de junio
de 2014
Soy Theb. Y esta es la primera vez que
escribo en un diario. Me recuerda a una sesión de alcohólicos anónimos esa
frase. Me centro. No quiero darme por vencido, pero Aliena no aparece, White
sigue sin dar señales de vida, escribir esto me mantiene más o menos con
cordura.
Son las cuatro de la mañana, la luna
ilumina todos los árboles, pero en la casa apenas hay luz. Tengo atrancadas las
puertas de entrada. Estoy en el sillón de siempre. Pensando cómo empezar a
contar todo lo que ha pasado esta tarde. Con más armas cargadas a mi alrededor
de las que podría usar. Y no me parecen suficientes.
Después de quedarme en el árbol, estaba tan
cansado que me he quedado dormido un par de horas, más henos han llegado en ese
tiempo, pero gracias a la altura no han podido tocarme, aunque me ha costado
deshacerme de ellos. He tenido que bajarme para poder coger las armas del
todoterreno, cuando un heno ha salido de debajo del coche y me ha mordido la
bota, eso va a ser lo que me salve esta vez.
Los cuerpos han seguido ardiendo durante
horas, lo que ha generado tanto humo que ha hecho llegar uno de los helicópteros
de Nutt, con cinco de sus seguidores, pero dado a un fallo suyo y un disparo al
piloto con uno de los rifles, ha hecho que se estrellen justo en medio del fuego.
He tenido que asegurarme que estén muertos, solo espero que no hayan podido
darles indicaciones a nadie de donde estaban, aunque haya cogido el chip del GPS
y llevado muy lejos, cualquier precaución es poca.
Al caer el helicóptero ha arrancado
demasiadas ramas, y el claro de la fogata era demasiado grande para intentar
taparla, aún así lo hecho lo mejor que he podido. Si llegan más de esos
fanáticos y pasan justo por encima acabaran dando con este sitio. Y lo
destrozaran hasta los cimientos. Por un lado, quiero irme de aquí, pero no sé a
dónde ir, también mantengo la esperanza de que alguna de las dos aparezca.
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