Miércoles, 8 de Enero 2014
Son las cuatro de la mañana, estoy modo shock, no recuerdo haberme metido en la cama, lo último que recuerdo es estar en el sillón de mi habitación escribiendo. El resto esta como un flash de cámara. No puedo dormir, estoy paranoica totalmente, Coco esta encima de mi, para que luego digan que los animales no piensan, ha este perro solo le hace falta hablar.
Al final nos hemos quedado durmiendo ambos encima de la cama, ya es tarde, no entiendo porque mi madre no me ha despertado, todos están actuando muy raro, por lo general hubiera entrado y alzado la persiana, sera por el hecho de que no hay cristal todavía, aún así es la hora de comer y de nuevo no hay nadie en la casa, esto se esta volviendo rutinario. Coco se mueve inquieto de un lado a otro, lo que hace que me ponga más nerviosa. No hay cobertura, ni señal para la televisión. Me siento como en una cueva encerrada, tampoco puedo ir a ningún lado por el estado de la calle, mi único contacto con el mundo exterior es el balcón, y hace frío para estar ahí.
Me he quedado absorta mirando a través del cristal del balcón del salón, viendo como se mecen las ramas de los árboles, las alcantarillas rezumando agua, un gato viéndose atrapado, las persianas de los vecinos cerradas, gente corriendo entre los árboles del bosque,[...], me voy a comer y leer un rato, porque como siga mirando acabo un centro psiquiátrico, con una bonita habitación blanca y acolchada.
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