Lunes, 23 de Junio 2014
Dónde quedaron las noches de San Juan con sus hogueras y sus cohetes. Desde luego aquí entre jodidos zombies seguro que no, hogueras las hay, pero para quemar sus cadáveres. Y huele fatal.
Si, milagrosamente he sobrevivido, al final solo había unos veinte zombies que se quedaban atascados en la puerta al querer entrar todos juntos, por lo que disparando sin ton ni son pude con ellos. Bueno mi ahora compañero pudo con ellos, justo despertó al escuchar los disparos y me arrebato el arma, yo me quede mirándolo fijamente, mientras la sangre salpicaba.
Ahora estamos fuera, vamos en un todoterreno negro, no me quiere decir a donde vamos, ni eso, ni nada, esta callado, observándome de vez en cuando escribir. Si no fuera un imbécil hasta lo consideraba mono. No ha hecho nada más que gritarme en alemán, lo que yo pienso que lo es, lo único que ha dicho en español ha sido niñata tonta y me ha traído arrastras hasta el vehículo. Cualquiera se bajaba mientras traía cosas.
Llevamos horas aquí, va ha amanecer en cualquier momento. Y no hago nada más que quejarme. El aprieta el volante cada vez más, hasta a puesto los seguros. Estoy a punto de que me eche de una patada por el cristal. Intentar huir no ha funcionado, pero ahora se que entiende perfectamente mi idioma al dejarme bajar para ir al servicio en la gasolinera.
No hay nada, y digo nada porque no hay ni vehículos por la autovía. Me aburro mucho, no me deja ni poner música. Así que me pongo a cantar Ana Torroja, por eso de la soledad.
Me he ganado un golpe en el brazo. Lo odio.
Al final me he quedado durmiendo, lo que parecen horas. Atardece, estamos frente a un gran muro de cemento, en plan lugar secreto del gobierno. Pero no hay francotiradores como en las películas, o algo va mal, o tengo mucha imaginación.
Se ha bajado del todoterreno, y me ha dicho que me quede aquí, habla español perfectamente, lo sabía. Lo lleva claro que me voy ha quedar aquí. Voy a contar hasta cinco y entro detrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario